viernes, 20 de diciembre de 2013

Adiós a las Aceiteras...






No sé si estaréis al tanto del nuevo Real Decreto 895/2013, de 15 de noviembre, en el que se prohíben las aceiteras rellenables a partir de enero de 2014 y determina el etiquetado obligatorio de los envases de este líquido en hostelería, restauración y catering.



Vuelve a tratarse de una medida para evitar el fraude al consumidor final. Medida que cuenta como siempre con defensores, fundamentalmente los productores de aceite y detractores, los hosteleros y en general el sector de la restauración. Los primeros alegan que  no quieren que en el último escalón de la cadena se eche por tierra todo el control de cantidad e información hacia el consumidor, y por otro lado, el sector hostelero habla de derroche y subida de precios, fundamentalmente los desayunos.

Me gustaría hablaros un poco de los diferentes tipos aceites de oliva y en base a qué se clasifican. Para ello, se tienen en cuenta índices objetivos (grado de acidez, métodos de extracción y características sensoriales)

- ACEITE DE OLIVA VIRGEN: aquel que procede del fruto del olivo obtenido exclusivamente por procedimientos mecánicos-físicos.No se aplican disolventes, coadyuvantes ni se refina. Es el zumo de la aceituna.


 * VIRGEN EXTRA: el de máxima calidad. Su acidez debe ser menor de 0.8%.

 * VIRGEN (a secas): sigue siendo el zumo de la aceituna pero tiene algún defecto sensorial                 mínimo. Su acidez debe ser menor del 2%.




- ACEITE DE OLIVA: a veces, debido a condiciones climáticas desfavorables o deficiencias en el proceso de elaboración, el aceite presenta un grado de acidez mayor al 2%, lo que se denomina aceite lampante (antiguamente se usaban como combustibles en las lámparas de aceite). Este aceite se refina para hacerlo apto para el consumo y se mezcla con aceite de oliva virgen, como lo que se consigue aceite de oliva.

Aceite Lampante refinado + Aceite de oliva Virgen = Aceite de Oliva

ACEITE DE ORUJO DE OLIVA: cuando se prensan las aceitunas queda un residuo sólido, el orujo, que se trata con disolventes (normalmente hexanos), para extraer los restos de aceite. Después se refina, para eliminar los restos de disolvente, así como los malos olores y sabores. El resultado sigue siendo NO APTO para el consumo humano, por lo que se mezcla con aceites vírgenes y se obtiene así el aceite de orujo de oliva.

Os adjunto una imagen que lo deja todo mucho más claro tomada de la web www.esenciadeolivo.es




               Por todo esto, por la diferencia tanto en calidad como económica entre los diferentes aceites que se obtienen de la aceituna, han decidido regularlo para evitar lo que comúnmente se conoce como 'dar gato por liebre'


 



















                               

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